Una follada inesperada en el campo

 

Fuimos a una reunión de trabajo, en realidad yo sólo iba para acompañar a mi maridito que no le apetecía ir solo, había que reconocer una enorme finca y, decidir con los técnicos con los que quedó por dónde pasaría el tendido eléctrico.

Yo llevaba puesto una falda larga de color blanco, unos pantis media abiertos, como siempre nada de ropa interior y encima un jersey de manga larga, pues aún hace frío, pero un jersey fino que, marca mis pezones cuando se erizan y se ponen duros, pues el sujetador que utilizo siempre es de talla inferior.

Les esperé en un viejo cortijo abandonado mientras ellos recorrían las zonas que creían conveniente.

Mi marido estaba con dos técnicos jóvenes, y de buen porte, no guapos pero interesantes, que nada más verme me recorrieron de arriba abajo desnudándome con su mirada, a lo que respondí con una amplia sonrisa.

Los había perdido de vista, y tardarían un buen rato, en un momento, sentí necesidad imperiosa de hacer pis, no podía aguantar más.

Me remangué la falda, me abrí de piernas para no mancharla con salpicaduras y dejé salir el chorrito de líquido caliente por entre mis labios vaginales, sintiendo una sensación de bienestar pues tenía muchas ganas ya.

Cuando acabé, me limpié y me puse en pie, y antes de bajarme la falda, con mi rajita al aire y, mi vulva a la vista y abultada, me encontré tanto a mi maridito como a los dos técnicos, mirando, sonriendo y con un buen bulto crecido en sus piernas.

Me quedé algo cortada, lo reconozco, quizás porque no esperaba ser pillada en semejante faena.

Vaya, los hombres sonreían y, yo ni me molesté en dejar caer el faldón de la falda, y pregunté, ¿qué pasa os ha gustado la visión?

Todos respondieron que sí.

Mi cabroncito se acercó a mi, y pasó sus dedos por mi rajita, recogiendo algo de humedad y llevándose los dedos a su nariz y a su boca, ummmmm deliciosa.

Los dos técnicos se sintieron invitados y pronto me vi rodeada de los dos hombres, tocándome por todos lados, levantaron mi jersey y me acariciaban los pechos, pellizcándome los pezones, mientras mi maridito se había agachado y estaba lamiendo mi rajita, separando mis labios vaginales con su lengua y pellizcando con sus labios de forma suave mi clítoris, cada vez más abultado e hinchado hasta que me provocó un fuerte orgasmo.

Me desnudaron completamente y se desabrocharon sus pantalones dejando salir las pollas bien erectas y gruesas, comenzando a meterlas en mi boca, las succionaba y saboreaba pasando de una a otra.

Uno de los técnicos se sentó en un viejo sillón y agarrándome de las caderas, me hizo sentar en su verga, clavándomela lentamente hasta el fondo por mi coñito que todo húmedo se la tragó entera.

Ummmm sentí cómo me abría esa gruesa polla y comenzamos a movernos rítmicamente, el amigo acercó su polla a mi boca, nuevamente y comencé a mamar y succionar al ritmo de las embestidas de su amigo, mientras los dedos de mi maridito me abría y dilataba el ano.

Tuve un fuerte orgasmo y el hombre necesitaba parar un segundo para recuperar fuerzas.

Me apoyaron de rodillas en el sillón dejando mis nalgas en pompa, entonces, el otro técnico me la clavó lentamente en mi ano, que fue dilatando a medida que empujaba su polla dentro de mi.

Ufff, acostumbrado dilató entero y me la tragué entera, hasta el fondo, comenzando a bombearme una y otra vez, gemíamos de placer, ahora era la verga de mi cabroncito la que tenía en la boca, deleitándome con su sabor, cuando tuve un fuerte orgasmo.

Como el chico tenía aguante, pasó del ano a mi rajita y en la misma postura, ahora me la clavó entera por dentro, me embestía una y otra vez, mientras me pasaba de una polla a otra en mi boca, intercambiando la de mi maridito con la del otro técnico.

Las embestidas eran profundas y me provocó otro orgasmo, mis piernas se debilitaban y, entonces, cambiamos de postura.

En una alfombra, aunque sucia, se tumbó uno de ellos boca arriba, y me monté en lo alto de su verga, mi rajita completamente húmeda se la tragó entera, y echando mi cuerpo hacia delante, el amigo, fue metiendo la suya por mi ano.

Mis dos agujeritos repletos bajo la excitada mirada de mi maridito que me ofrecía en la boca su verga para que continuase mamandola y succionándola.

Estaba llena, casi no me podía mover, y los dos se movían, clavándome las pollas profundamente, casi se tocaban dentro de mi.

Tuve un orgasmo y mi boca aumentó del placer el ritmo de succión, así que mi marido no pudo más, y estalló en mi boca, llenándomela de lechita blanca y caliente que salía por la comisura de mis labios, dejándola caer por mi barbilla.

Los dos técnicos seguían embistiéndome una y otra vez, hasta que tuve otro orgasmo, las piernas no podían más conmigo.

Sentí cómo primero el que tenía en mi rajita comenzaba a jadear y a soltar su leche dentro de mi.

Sus testículos contraídos soltaban las descargas una tras otra hasta inundarme, y el amigo dejándose ir, llenó mi culito de lechita, y así tuve un nuevo orgasmo.

Ummmm, fue una reunión de trabajo divertida y placentera, tanto como inesperada.




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